Ceros y doses



"Admitir un dos es una cosa... ¿sustituirlo en vez del uno? ¿De qué sirve? ¿¿¿De qué mierda sirve???" El asunto no iba a ser resuelto con facilidad. No había cómo mediar, no cabía discusión, y las incongruencias en el uso de la representación se prestaron para producir anomalías que perjudicaban el funcionamiento de toda la arquitectura. "¿Por qué el cero tiene que seguir siendo el cero? Queremos que sea más cero o menos cero... hay que considerar todos los casos, pues", clamaban voces de lo que se hacía llamar la nueva coherencia.

La lógica regulatoria asignaba recursos para distinguir, dar espacio y evitar confusiones y conflictos, y lo hacía en la medida que ceros y unos que operaban bien iban viendo las operaciones que realizaban terminar usados en esfuerzos ridículos. Menos ceros, más ceros, doses, dosimedios, y otras representaciones extrañas y que demandaban recursos del sistema de manera vehemnte y creciente, lo infectaron casi en su totalidad. El funcionamiento se hacía notar: torpe, defectuoso, viciado y hasta burocrático, todo lo que un sistema no necesita ser, y que puede acusar en estas características su decadencia al punto de mecesitar ser purgado o reemplazado.

Y así fue. La computadora fue formateada. Del gran conflicto de ceros y doses no quedó nada de nada. El sistema fue restaurado y los unos y ceros que eran base fundamental de su lógica volvieron a la normalidad y velocidad meteórica con la que funcionaban, apoyados en la calidad de hardware sobre el que operaban. El usuario le agradeció al técnico y pagándole lo acordado, tras despedirse, se dispuso a jugar. Cuando fue preguntado, dijo que los datos se habían salvado pero no sin pasarles un escaneo de antivirus. Fue encontrado uno, pero lo suficientemente destructivo como para comprometer el funcionamiento de la computadora y para buscar infectar a otras. Dijo también que se le recomendó que tenga cuidado, que los virus se contagian muy fácilmente, y recomendó un antivirus.

— Y por qué no este otro?
~ Porque este se come menos recursos del sistema y no se fusiona con el sistema.
— Sí te cacho. Hay antivirus que son peor que los virus.

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