El velo


"No te metas. La única manera de no salir manchado es no metiéndose." Mi vena rebelde se hinchaba cada vez que le oía a mi papá esta frase. Ahora que estoy manchado, que sé demasiado, que estoy tras el velo, ya no puedo mirarle a la cara. Tengo manchada de blanco la nariz, manchados de verde los bolsillos, manchada de lodo mi moral, manchada mi agenda de "amigos" que exigirán que "devuelva los favores" que me han hecho al ponerme, ingenuo de mí, en la "dignidad" en la que estoy, y seguir sosteniendo mi "honra", cosa posible sólo porque estoy, con ellos, detrás del velo. Viéndolo todo. Sabiendo demasiado. Diciendo una cosa y haciendo otra. Traicionando, sobre todo.

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