Pornografía bonita


Hace unos días conocí una campaña basada en una frase y apoyada por un video:
"Choose Pussy Over Pain"


Choose Pussy over Pain from Cidney G Green on Vimeo.

Vean el video, lo vale. No se sientan mal si les pica y se quieren rascar: tendrán que ir a masturbarse a un baño, a sus habitaciones o a algún lugar de similar privacidad. El punto de esta campaña es justo ese,

¿Por qué ver violencia está bien y ver desnudos está mal?

La campaña me animó a tratar un asunto que aún con la abundancia de material existente pasa porque a hay quienes se complacen en no tener que escoger lo que ven y, pues, consumen la basura que les pongan a ver como cualquier cerdo. Así es, aún existe gente que ve novelas.

En la novela estándar no hay mucho qué hacer. La fórmula aún funciona: la protagonista (rarísima vez es El protagonista) comienza pobre y termina millonaria por azares del destino:


  • Conoce al príncipe azul que es millonario
  • Resulta que ha sido una heredera legítima de alguna cuantiosa fortuna
  • De la misma nada se vuelve super empresaria o similar


Se acostumbra los finales felices: la prota termina felizmente casada con el amor de su vida tras dejar atrás una borrasca de intrigas, celos, reveses, peleas, desgracias, secretos, persecuciones, asesinatos y circunstancias cuanto más turbias mejor, con sus leales a su alrededor y con sus detractores, íconos de la maldad, arruinados, destruidos, dementes o, por qué no, muertos de muertes horribles.

Un repaso por otros estilos de novelas que aparecieron sobre todo a partir del 2000 nos traerá cosas muy similares para ver. Desde la novela colegial y universitaria hasta la narconovela darán más de lo mismo: violencia, envidia, ruina, destrucción y muerte. Dependiendo de la novela también habrá escenas más o menos explícitas sexualmente. En esto sí, hay que cuidarse, hay que regirse a la franja horaria, no vayamos a herir las susceptibilidades de la audiencia...

¡Momento! Si las novelas ya se han encargado de desensibilizarnos con cantidades ingentes y calidades brutales de violencia ¿qué nos iba a hacer una escena o dos de sexo salvaje?

Para ir al grano ¡por fin! vamos a hablar de pornografía. Google nos asiste: la pornografía es la "Descripción o representación de escenas de actividad sexual". Ampliaremos el término acá: definiremos la pornografía como la exhibición impúdica y morbosa con fin de exacerbar sentidos y emociones.

Esta última es la definición que le calza perfectamente a la novela: pornografía. La novela es pornográfica. Explota las emociones armando culebrones insufribles e inverosímiles excepto para las aún ahora no pocas mujeres que las se las ven de principio a fin, se las toman muy en serio, se sumergen en la historia, se identifican con la protagonista y no con ningún otro personaje y no se las pierden por-nada-del-mundo.

La diferencia entre la novela y la filmación pornográfica como la conocemos es que como no existen desnudos ni escenas de sexo explícitas se puede ver en todo horario (cuando un canal comienza a operar echa mano del recalentado de cualquier obra, sobre todo mexicana, que haya tenido algo de éxito). Pero no es la única.

Otras diferencias son claramente notorias: el filme pornográfico stá hecho para incitar a la búsqueda del placer sexual, sea en solitario o en compañia. Las escenas exacerban el deseo sexual y éste ha de ser satisfecho en la manera más al alcance posible.

Por su parte, la novela como la conocemos no exacerba este tipo de emociones sino cualesquiera otras: tristeza, preocupación, envida, por qué no, miedo, angustia, tal vez una que otra risotada por alguna torpeza para alivianar hasta burdamente la trama, ira, pero sobre todo, adicción. Las novelas son sólo un poquito menos adictivas que cualquier droga.

Sin profundizar en el tema, si lo que hay que estimular para producir sustancias como la adrenalina es el cerebro pues a éste hay que atacar creando fantasías con las que las comsumidoras se enganchen irremediablemente. Estas fantasías pueden tener de todo menos escenas sexuales. Si las tiene éstas serán


  • lo más implícitas y evocadoras posibles cuando sean entre los protagonistas, cortándose en el momento previo a la desnudez o al coito, si al guión se le ha permitido ciertas licencias
  • lo más desabridas, descarnadas y atroces, pero igualmente veladas, cuando ocurran entre los antagonistas, o entre la/el antagonista y el/la protagonista


Aún con estos y otros bemoles más o menos agresivos uno puede ver una novela durante el día sin escandalizar a nadie a su alrededor. No así ningún tipo de desnudo o escena erótica sexual. Ser cachado en el acto representa desaprobaciones de todo tipo.


Así, por un consenso con el que no estamos ni de lejos de acuerdo, la pornografía emocional cargada de violencia podemos verla en cualquier momento del día, mientras que la pornografía sexual incitadora del placer sólo habremos de verla en privado. ¿Qué clase de sociedad es esta que hasta bienviene toda escena de violencia pero censura y condena toda escena que incite al placer sexual?

Desde luego, la campaña "Choose Pussy Over Pain" habla de todo el espectro de lo que vemos: cine, televisión, noticias, comerciales, youtube y similares. Si bien he abordado las novelas acá hago un quiebre y amplío el espectro conforme a los tiempos: ahora hay más que ver. La tele aún tiene nuestra atención, aunque ya no toda. Sin embargo la característica preponderante por su ausencia sigue siendo la misma: ¿por qué no puedo ver una escena de desnudos o sexual sin que mi entorno se horrorice?

La respuesta está, una vez más, en la mitad de la humanidad que no soporta su propia desnudez. Más allá del análisis, y no van a soportar la incomodidad de los resultados de tal, esta campaña, a la que me adhiero, tiene por objetivo acostumbrar, como nos hemos acostumbrado a todo, a ver desnudos y escenas de sexo a sentirnos cómodos con el desnudo y con lo sexual. Ya se ha metido hasta por las orejas la erotización de la sociedad en que vivimos con fines publicitarios o de control. ¿Qué, o quién(es) detienen que sea hasta por los ojos y con motivos de curiosidad o placer? ¿Gracias a quién(es) no podemos ver demostraciones de placer que van a causarnos reacciones placenteras?

Sin empacho pero sin profundizar podemos identificar a las mismas culpables de que el reguetón y otras basuras oligofrénicas alcancen fama mundial. Si queremos que nuestra sociedad llegue a un nivel de madurez en algo aceptable habremos de pasar de largo de sus quejas infantiles y ridículas. Como dicen, la humanidad es tan inmadura como su género más inmaduro. Las mujeres habrán de acostumbrarse a ver desnudos. O nunca vamos a crecer como humanidad.

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