"Y la verdad, no iluminas suficiente..."

Siempre me dijeron que me cuide de las mantis. Cuando era pequeño me enseñaron que no hay nada más peligroso que ser despojado de tu cabeza por quedarte demasiado tiempo nadando en espejismos. La aversión en mí solo fue superada por el alcohol. Al despertar entendí lo que me querían decir, cuando me demoré tres horas en darme cuenta que estaba viendo mis pies desde debajo de la cama.

Huí, aún no sé cómo dado que el espacio que ocupas es demasiado grande, y fui al herrero más cercano, que era pana. "Haz lo tuyo" le dije, "sabes que la necedad duele" me respondió, "y experiencia, que le dicen", repliqué, a lo que no hizo más que callar y dedicarse a lo suyo, viendo con satisfacción y tristeza lo que yo había envejecido.

"No eres como los otros, que te refaccionan en las manos, en los pies, en las costillas,..." "...en el culo...?" "...eso mismo!" "Es que a la larga pocos saben dónde mismo es que va la cabeza", para lo cual no tuve más respuesta que gratitud.

Salí y me mojaron. Como no creía en sus palabras, no me mojé. El primer acto de libertad entonces fue cantar:

"Siempre que pierda el camino
lo iluminarás
Y siempre que pierda el camino
lo iluminarás
Tú sabes a qué prender fuego,
lo iluminarás
Y siempre que pierda el camino
lo iluminarás
Y la verdad, no iluminas suficiente
¡Y a perderseeeeeee!"

Me divorcié de mi madre y me fui.

P. D.: algo de autobiográfico hay en este relato.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
por que carajo n o toy en el blogroll?? jejeje. terrible cuento, me dejo ujn sabor a bateria oxidada en la boca...
LA Gaby ha dicho que…
yo también me divorcié de mi madre...
Chopán ha dicho que…
y a perderse... qué bacán es Lucybell !
valentina ha dicho que…
empezando a divorciarme de mi padre... se entiende..
Schwa ha dicho que…
En especial me gustó eso de verse los pies desde debajo de la cama. FHTANG!

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