Susantidad
Siguiendo con la nota del miedo (y siguiendo sugerencias, también) y procurando no perderme esta vez -ya he visto la utilidad de las migas de pan-, según los entendidos es más bien el miedo lo que lleva a una actitud compulsiva-viciosa. Desde la completa parálisis hasta la furia ciega, desde la ninfomanía hasta los cilicios (desde "Las edades de Lulú" hasta "El Código Da Vinci"), desde el comunismo hasta la iglesia maradoniana, la cuestión se remite al cómodo "repetir y repetir": hacer algo que ya sé esmás seguro que experimentar.
Lo que S. S. S. opine al respecto no viene al caso porque, vamos, solo es cuestión de ver cómo quedé para concluir que "más vale malo conocido que bueno por conocer". Acá Mí-san y sus cosas. Más bien, remitámonos a la más legendaria de las preguntas -gracias, querido amigo H. G. Wells por darle tal magia a lo obvio-: ¿y si...? Después de todo, cuántico-piscológicamente hablando, Peter Pan no envejece por eso.
Ahora, tomando ya en serio el asunto de las vocecitas internas (...), seguirle el hilo al instinto de uno y combinarlo con una mente afinada para hacer lo que YO diga (importante asunto a notar: la mente es lo que sirve para que nosotros pensemos, no es nosotros) es, ssegún incluso el imbécil del Sánchez, la combinación ganadora. No sólo con los ojos se ve...
He aquí la utilidad de mis migas de pan: volviendo al asunto del miedo, ¿qué mismo es que es? Nadie puede pretenderse "un hombre sin miedo"-daredevil, por sus siglas en inglés- y punto. Entonces ¿qué? ¿Hay algo a lo que tú sí te a___vas? Naturalmente. Tooooodos tienen algo. He conocido miedos recónditos de personas que ni me imaginaba, que de pronto se manifestaron en dibujos míos -¡plop! Por eso creo que el miedo no es una cuestión a vencer, mitigar o huir de; es una cuestión a entender.
Yaf, tonce. Ahora con su permiso, me voy de cacería (se van dos, pero sólo uno regresa... jajajajaja).
P. D.: El terror absoluto de Mí-San es a la locura, a mi propia risa. El juego de Alice combinado con la música de Primus puede dar una buena pista.
Lo que S. S. S. opine al respecto no viene al caso porque, vamos, solo es cuestión de ver cómo quedé para concluir que "más vale malo conocido que bueno por conocer". Acá Mí-san y sus cosas. Más bien, remitámonos a la más legendaria de las preguntas -gracias, querido amigo H. G. Wells por darle tal magia a lo obvio-: ¿y si...? Después de todo, cuántico-piscológicamente hablando, Peter Pan no envejece por eso.
Ahora, tomando ya en serio el asunto de las vocecitas internas (...), seguirle el hilo al instinto de uno y combinarlo con una mente afinada para hacer lo que YO diga (importante asunto a notar: la mente es lo que sirve para que nosotros pensemos, no es nosotros) es, ssegún incluso el imbécil del Sánchez, la combinación ganadora. No sólo con los ojos se ve...
He aquí la utilidad de mis migas de pan: volviendo al asunto del miedo, ¿qué mismo es que es? Nadie puede pretenderse "un hombre sin miedo"-daredevil, por sus siglas en inglés- y punto. Entonces ¿qué? ¿Hay algo a lo que tú sí te a___vas? Naturalmente. Tooooodos tienen algo. He conocido miedos recónditos de personas que ni me imaginaba, que de pronto se manifestaron en dibujos míos -¡plop! Por eso creo que el miedo no es una cuestión a vencer, mitigar o huir de; es una cuestión a entender.
Yaf, tonce. Ahora con su permiso, me voy de cacería (se van dos, pero sólo uno regresa... jajajajaja).
P. D.: El terror absoluto de Mí-San es a la locura, a mi propia risa. El juego de Alice combinado con la música de Primus puede dar una buena pista.
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