El aguante

Tengo hambre. Esto no es novedad. Lo que sí es novedad es el mareo que da tener hambre. Es toooda una experiencia extática, y lo que es mejor, ¡al alcance de mi bolsillo! Cuando Doña Clara me vio comer la última vez se asombró, al igual que sus acompañantes, de ver una máquina de dientes y manos que sostenían unos utensilios que llenaban un agujero negro con lo que encontraban al frente trabajar a todo lo que daba. Menos mal que no preciso una dieta rica en, digamos, materiales de construcción.

Estaba pensando algo más crudo antes de escribir otra vez, pero este blog es leído en horario infantil también (juas!). Comparando este padecimiento, muy similar al del adicto a las drogas de cualquier tipo, y dejando que se crucen y tuesten los cables, me resulta completamente comprensible la avidez del vampiro, a saber: "Y [El Dios de los ejércitos] dijo a Caín: 'Desde ahora serás maldito, caminarás con una mancha roja para que los de tu especie te distingan, y la tierra no dará más frutos para ti.' ". ¡Qué bestia! "Y ahura qué vua mangiare?" Y tarán, místeres, el hambre hizo al vampiro. Sobre el juez, jurado, verdugo y la sentencia sin apelación no voy a hablar. Escritores más sabidos que yo ya lo han hecho.

El caso es que funcionamos igual, y palabra que sí, sino hagan la prueba (ojalá no tengan que hacerla por razones como las mías): a cualquier cosa que se pueda comer en rato de hambre le vamos a echar el diente. Cualquier cosa justificaría calmar el bramido de la tripa, momentáneamente al menos. Noticias que afiancen mi tesis: En Africa (no recuerdo el país, lo que es mas, fueron algunos) el gobierno aplica una política de genocidio para que lleguen alimentos para alimentar... a los que queden. ¿Mayonesa con su orden? "Sí, pero de ESA vaca."

Como no soy el hippie del discurso propositivo ni ningún otro tipo de hippie, y antes de seguir llenando este post de ideas crudas, quiero concluir acá: ¡Aguante, Albián! Y ahora sí termino, que el hambre no me deja pensar qué más escribir.

P. D.: cualquier letra, signo de puntuacion o tilde que falte ya saben dónde está.