Mentira


Respecto de la mente calculadora quiero notar algo que siempre me ha llamado la atención: la inteligencia y la mentira. Cuando era chamito solía inventar historias sobre tal o cual cosa. Luego aprendí que inventar historias “reales” en vez de decir las cosas increíbles o tontas que me pasaban era muy efectivo para ahorrarme castigos. Así, la necesidad hizo al mentiroso; así aprendí a mentir, y como buen estudioso de la mentira y memorioso también, me dediqué a alcanzar el siguiente nivel: mis mentiras no sólo tenían que ser convincentes ante quien mentía –no sólo aprendí a mentir con mi mente creativa y mi lengua, progresivamente aprendí a mentir con la boca, el tono de voz, los gestos faciales, los ojos, y así, hasta poder alcanzar el nivel máximo, mentir con todo el cuerpo-; además y más importante, tenían que haber tenido una ilación en el tiempo: si decía una mentira debía concatenarla con otra mentira que seguramente dije previa a esa, para lo cual debía recordar la mentira previa… y la previa a esa y la previa a esa (…).

Hubo, sin embargo, un nivel de frialdad que no alcancé y un nivel de evolución del que casi no escapo: por un lado, no utilicé un ardid intrincado y novelesco para hacerme de una chica, obtener sexo fácil o dinero o limpiar mis huellas usando toda mi capacidad elucubrativa; por otro lado, el nivel perfecto de la mentira es la verdad a medias, esa parte que “sí te dije” pero de la que “no te dije todo” y “debiste imaginártelo”. Ese nivel es el más peligroso, y el más efectivo para lograrlo todo mediante el rumor, una versión “corregida y aumentada” –o disminuida, según el caso. Se necesita una saturación corporal de cinismo para sostener un mundo que no es real o desembarazarse del asunto con la frase más artera de todas: “es que vos eres un/a tonto/a”. Dirigido contra alguien, este sistema de verdades a medias se conoce como chisme, y divide a quien lo use en algunas categorías:

- El envidioso: indistintamente de su género, suele enlodar al objeto de su envidia, el/la cual es notablemente más feliz que quien lo envidia e ignora radicalmente (el término correcto es “le vale v__ga” lo que diga o haga) a quien profesa tanto afecto por él/ella. Generalmente, este/a induviduo/a se camufla con la máscara cuya frase de batalla es “cómo lo/la oooooooooodio”, y tiende a caracterizar el éxito del objeto de su envidia con una cualidad ruin que, obviamente, él/ella no tiene.
- El codicioso: a diferencia del envidioso, quiere con ambición angustiosa lo que alguien tiene, desde “esa preciosura” hasta “esa ricura”. Sus ardides son buenos, habitualmente involucran a gente inocente y en cuanto se hace con el objeto de su codicia, mismo no sabe qué hacer con él ni cómo se usa.
- El deportista: su móvil es la malicia, simplemente. Porque en todo barrio hay una “vieja chismosa “. Como dato curioso, en varios casos esta “vieja chismosa” necesita/esta casada con/está divorciada de un “viejo verde” que ha saludado con un exceso de cortesía imperceptible al olfato humano a una “muchachita precoz” medianamente simpática.
- El científico: el fin de correr una cadena de rumores de este espécimen en particular es meramente investigativo, esto es, estudiar a probables mitómanos. Este tipo de mentiroso es muy, muy raro, al punto que probablemente todos lo han sido, sólo que nadie se ha dado cuenta, lo que lo hace más difícil de encontrar aún. Estudia el alcance, sigue la cadena, revisa las versiones y principalmente observa los resultados sobre sus objetivos y sobre sus hipótesis. Este es, talvez, el más peligroso de todos, dado su intelecto: puede ser seducido por El Sr. Oscuro fácilmente, si este apela a su indefectible vanidad intelectual, o puede no serlo y guardarse sus estudios para, digamos, unos “recovecos de la historia”.

A todo nivel y para todos los gustos, se puede observar el “correo de brujas” trabajando. Desde el “en corto” hasta eso que dijo ya no me acuerdo quién sobre el probable taita de la guagua, hay tal nivel de saturación de sexo, mentiras y bielas que mejor uno sale a donde tenga que ir con armadura… o usa la inteligencia © Sr. Oscuro para dudar de cualquier cosa que oiga sobre lo que sea y quien sea e investigar por su lado hasta hallar la verdá… si es que le place. A S. S. S. sí le place.

P. D.: y esto sólo sobre la mentira, ni hablar sobre los documentos desclasificados, serán materia de… un proyecto secreto XDDDDD

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